Dice un adagio popular: "Todos los caminos llevan a Roma" en el ámbito geográfico esto puede ser muy probable. Dijo nuestro Padre en Isaías 55:8 que nuestros caminos no son como sus caminos; pero, ¿qué nos hace falta para poder igualar sus caminos?. La verdad que nos hace falta mucho por recorrer, actitudes que dejar, pensamientos que olvidar y sobre todo seguir las indicaciones.
¿Qué camino no tiene señales? las señales en los caminos nos sirven para saber con exactitud lo que se nos aproxima. En el camino de la vida las mejores señales son las que encontramos en las sagradas Escrituras, es allí donde nuestro Padre nos da la respuesta a nuestros problemas. En la oración nosotros hablamos con Dios y en la lectura de la Biblia es Dios hablando a nuestros corazones. Por eso es urgente tener un tiempo a solas con Dios para meditar en su Palabra, un tiempo de intimidad en el que podamos estar plenamente convencidos que lo que leemos es la viva palabra de Dios.
En muchos países es prohibido hacer uso de una Biblia, ya que nosotros tenemos ese privilegio no debemos desperdiciarlo. Es ahí donde las señales saltan de las palabras escritas, saltan a nuestros corazones y nos proporcionan esa dirección necesaria para nuestras vidas.
En la vida encontraremos distintos tipos de caminos que van desde caminos llanos, pendientes, bajadas, con obstáculos o sin ellos; pero una cosa debemos tener en cuenta, lo que Dios nos dice en el salmo 37:5, de cualquier tipo que sea nuestro camino debemos encomendarlo a Dios, muchas veces nos quejamos de que las cosas no nos salen como hemos planeado, y hasta cierto punto culpamos a Dios de eso. La culpa de que nuestros caminos no nos lleven hacia donde queremos llegar es de nosotros por no tomar en cuenta a Dios en todas las áreas de nuestra vida, ¿cómo pretendemos pues que todo nos resulte color de rosa si primero no vamos al Padre en busca de dirección? ¿cómo pues pretendemos llegar a Dios si primero no buscamos a Cristo Jesús que es Él único camino para llegar al Padre? (Juan 14.6)
Así es que nuestros caminos pueden convertirse de tormentosos a tranquilos si seguimos las señales que Dios nos da a través de su Palabra. Y el mejor camino que podemos tomar en nuestras vidas es a Cristo Jesús que nunca nos fallará ni nos dará la espalda, además de ser el ÚNICO camino que nos lleva al Padre.
Bendiciones.
1Co.2:9